Celestina dijo que Pablo era el único taxista que iba a dejar a las personas a El Colmenar. Era querido por la comunidad. (Foto: ARNOLDO ZEBALLOS y EVERGTON LEMON / EPASA)
Carolina Sánchez P.
| DIAaDIA
"Tina, yo te quiero, a mis hijos y a mis nietos". Esta frase es la que siempre guardará en su mente y su corazón Celestina Sánchez, esposa de Pablo Rojas Ibarra, de 50 años, quien fue asesinado en su taxi para robarle.
El incidente ocurrió la noche del domingo cuando iba a dejar una carrera a El Colmenar.
A las 6:30 p.m., Pablo se fue a manejar su taxi como de costumbre y fue en la entrada de la barriada, donde sujetos lo detienen y le propinan dos tiros en la espalda para robarle, pero sólo se le llevaron el celular.
A esa hora, Celestina estaba en la casa y escuchó las detonaciones, minutos después, unos niños de la comunidad le avisaron que habían herido a su esposo. Rápidamente fue al lugar y uno de sus hijos le advirtió: "Mamá, todavía tiene pulso", y fue cuando ella dio la orden de que se llevaran a Pablo a la Policlínica Generoso Guardia en Santa Librada.
Camino a la policlínica, Juan Pablo y Jorge rogaban a Dios por que su papá llegara con vida, pero lamentablemente falleció.
Días antes, Pablo le había comentado a su esposa que quería dejar de manejar taxi, pero que por su edad sabía que no conseguiría trabajo, además lo pensaba mucho porque él era el sustento de su hogar.
Para el mes de diciembre, Pablo había terminado de pagar el carro y quería ahorrar dinero para construir una casa en Penonomé, en donde vive su papá, y alejarse de la delincuencia.
Este humilde taxista, quien tenía 23 años de vivir en El Colmenar, era padre de cinco hijos y tenía dos nietos, a los que paseaba a diario en el taxi. Los colegas de la piquera de taxi El Poderoso cerraron la vía en acción de protesta para exigir más seguridad.
PELIGRO
Los taxistas piden más rondas policiales, pues están a merced de los maleantes.
Las luminarias del sector Altos del Lirio, sector 1, están dañadas.