La ola de frío que afecta al centro y noreste de los Estados Unidos, así como gran parte de Canadá, ha provocado que las cataratas del Niágara estén rodeadas de toneladas de hielo.
Temperaturas de 20 grados centígrados hielan de forma casi instantánea el rocío generado por la caída del agua desde casi 60 metros de altura.
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