Por un momento creyeron estar en peligro. Un grupo de trabajadores de la empresa de reciclaje de metales PANACROP se encontraba bajando una carga de hierro de un contenedor, proveniente de Antón, cuando encontraron entre los metales restos de morteros, granadas, propulsores de granadas y ojivas de cabezas de granada.

El dueño del local llamó a la Policía para reportar el hallazgo. Personal de explosivos de la Policía y del Cuerpo de Bomberos de Panamá inspeccionaron el sitio y se corroboró que se trataba de material explosivo, pero ya deteriorados y desarmados, que no representaban peligro.