¡Justicia! Eso es lo único que piden familiares y vecinos de la casa 30-23, donde residía Kelvin Joan Gómez, de 5 años y que falleció, mientras jugaba fuera de su casa, víctima de una "bala loca".

Kelvin vivía enfrente de la Escuela República Federativa del Brasil, en la calle Mariano Arosemena, en el barrio de San Miguel, en el área conocida como "La Macarronera".

Él estaba jugando en un carro junto a un vecinito. Eran las 11 de la noche del viernes, cuando pasó un carro desde donde se tiraban balas; los niños se agacharon, pero Kelvin levantó la cabeza antes de tiempo, recibiendo un disparo. Un vecino lo llevó al Hospital del Niño, pero era tarde, a las 12:25 dictaminaron su muerte.

QUEDA EL VACIO

Al llegar a su casa no pudimos hablar con sus padres, ambos estaban recostados después de tomar unos calmantes, para tratar de afrontar el dolor de haber perdido a su único varón, el más pequeño de sus tres hijos. Su padre, Edilson Gómez, es a quien más le ha afectado, incluso ha dicho que no asistirá al sepelio, no quiere despedirse de su hijo.

SU APODO

A Kelvin lo llamaban de muchas maneras, pero el último apodo era "Mango" y es que el niño no aceptaba que la temporada del mango ya había pasado y seguía pidiendo las tradicionales ensaladas de mango, sobre todo a una vecina que se dedicaba a venderlas.

ENOJO

Entre los vecinos hay dolor, pero sobre todo molestia, porque dicen estar cansados de que mueran inocentes como Kelvin.

SIN DENUNCIA

En medio del dolor, los padres de Kelvin aún no han presentado la denuncia ante las autoridades.