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Sólo queda tristeza y escombros
Son 53 personas damnificadas que están a la espera de una solución habitacional. (Foto: Aquilino Pérez / EPASA)

Kathyria Caicedo | DIAaDIA

Nada, nada queda. En el lugar donde el viernes se desató el incendio en Curundú, no hay nada, sólo pedazos de madera quemados y mojados que solamente sirven para una fogata después que se sequen. Los vecinos aún no entienden cómo pasó, sólo reaccionaron cuando vieron las llamas.

Entre los escombros, sólo resistieron las tuberías de agua, que aún utilizan. Había niños llenando tanques de agua, otros bañándose a pocos metros de donde fueron encontrados los cuerpos calcinados de dos pequeños de 1 y 3 años.

Desde muy temprano empezaron el operativo de limpieza y la remoción de escombros en el Sector El Águila, de Curundú. A cada rato salían los volquetes llenos de desechos, mientras que las retroexcavadoras seguían recogiendo escombros.

EL DOLOR SIGUE VIVO

En el área estaba Luz Asprilla. Sus mejillas y cuello estaban empapados de lágrimas, recordando a sus nietos John Jairo Gudiño (de 3 años) y Emmanuel (de 1 año), que ella cuidaba y que fueron víctimas del incendio.





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