Hombres, mujeres, niños y viejos están tomando clases. (111)
Kathyria Caicedo
| DIAaDIA
Ella abandonó sus estudios en 1995, cuando cursaba el 4to. grado, ya que no había suficiente factor monetario. Ahora tiene 21 años y está comenzando de cero.
Dina Murillo tiene dos hijos, reside en el sector El Águila en Curundú, y está tratando de superarse, según sus propias palabras. Dice Dina que siente como si estuviera en primer grado, las clases le resultan difíciles, pues no sabe leer muy bien y no sabe nada de matemáticas.
Dina es una de las doce estudiantes que atiende Venus Gómez, una voluntaria que además de ayudar a sus vecinos, también le enseña a su padrastro y a su madre a leer y a escribir.
Venus tiene 25 años, ella no labora, sólo dedica su tiempo a sus estudiantes. Son dos horas diarias, siete semanas seguidas, ese es el tiempo que dura el modelo de alfabetización "Yo, sí puedo", traído desde Cuba para reducir la cantidad de iletrados en Panamá.
¿EN QUE CONSISTE?
El Ministerio de Desarrollo Social, desde el año pasado, ha iniciado un programa de alfabetización en todo el país. Este proyecto consta de tres variables:
Destinatarios: son las personas iletradas puras, semiletradas o especiales detectadas.
Formadores: preparan a los voluntarios en la metodología, dan seguimiento, visitan y garantizan que la metodología pueda ser ejecutada de forma correcta, y verifican la veracidad de los resultados del programa.
Voluntarios: son los jóvenes y todas aquellas personas facilitadores de la metodología, así como aquellos que apoyen en las tareas vinculadas a su implementación (captación de iletrados, divulgación en las comunidades, apoyo logístico, entre otros).
Ya son alrededor de 8 mil 576 personas que han sido alfabetizadas, pero la meta es de más de 70 mil personas.
El proyecto debe concluir a inicios del 2009, por lo que se está buscando el aumento de los voluntarios como Venus para lograr la meta. Una vez concluido el proyecto, se espera que la mayoría de las personas, en especial los niños, logren ser insertados en el sistema regular de educación.
Los puntos de trabajo no son escuelas o iglesias, sino hogares, ya sea de un iletrado o de un voluntario. En cada uno de estos lugares, la situación es distinta, diferentes son las historias y los personajes, pero todos con un sólo objetivo: superarse. DIAaDIA tuvo la oportunidad de visualizar de cerca parte del proceso de alfabetización.
Actualmente, son miles las personas que han dicho "Sí puedo" y han aceptado el reto.
"SOLO QUIERO LEER LA BIBLIA"
En la comunidad de Burunga, en Arraiján, hay un grupo de hermanos de la iglesia que se unieron al programa. Uno de los estudiantes tiene 71 años y es el único hombre del grupo. Telésforo Rodríguez es oriundo de Soná, en Veraguas. Cuenta que de sus cinco hermanos tres se quedaron sin ir a la escuela, incluyéndolo a él. Él sobrevivió y mantuvo a sus hermanos a punta de machete, porque a su padre nunca lo conoció.
Éste es el tercer intento de Telésforo para aprender a escribir, ya que recuerda que hace unos años asistía a la Escuela Reina Torres de Araúz, las clases eran de noche y el tablero estaba muy lejos y él no veía, así que se tuvo que retirar. Asegura conocer la mitad de las letras, pero le falta más.
Su vida cambió hace poco, al perder a su esposa; ya sus hijos tomaron su camino, a él sólo le queda refugiarse en Dios. Con una mirada limpia, confesó que quiere aprender para poder leer la Biblia y estar más cerca de Dios.
Su maestra Ruth de Martínez también es miembro de la misma iglesia. Ella dice que ellos a veces llegan con sus problemas, pero hay que animarlos y la mayoría de sus estudiantes pasan los 50 años. Organiza dinámicas para incentivarlos y demostrarles que ellos pueden seguir adelante.
Según Ruth, muchos de sus estudiantes se ven afectados por la pobreza, comenta el caso de una chica que tuvo que abandonar la escuela por necesidad. Ella se dedicaba a planchar y a trabajar en casa de familia para ayudar en su hogar.
LOS KUNAS TIENEN CIERTA FACILIDAD
Arraiján es una de las poblaciones más iletradas de la provincia, hay alrededor de 5 mil 132 personas en esa situación, según el censo del 2000, por lo que podría haber más. En cada uno de los corregimientos de este distrito hay ambientes de alfabetización, por lo menos en Loma Cová, donde en su mayoría la población está compuesta por indios kunas.
Las clases se dan en casa de Rogelinda Suárez. Allí las instructoras son ayudadas por Deyanira Morris, quien es la intérprete, ya que muchas de las alumnas no hablan bien el español, así que la intérprete les traduce para comprender un poco mejor las clases. La mayoría de los miembros de este grupo son mujeres, salvo algunos niños.
Julia Guevara, una de las instructoras, comentaba que para las indias kunas es fácil el trazado, pues como ellas tienen la práctica de la costura, su muñeca es mucho más suave, así que pueden aprender a escribir más rápido.
LOS NIñOS ESTAN ABANDONANDO LA ESCUELA
Algo curioso de este recorrido es que en cada uno de los puntos había niños menores de 10 años, que deberían estar en el sistema de educación regular, pero la realidad es otra. Es más, en el Censo del 2000, todas las personas iletradas son mayores de 10 años.
Uno de ellos fue Héctor, quien llegó hasta el 4to. grado, él reside en Curundú y estaba en la Escuela Fe y Alegría. Explica Héctor que él abandonó la escuela, porque la maestra era mala y le gustaba halarle las orejas. Ahora aprende de la mano de Venus Gómez y asegura que le gusta.
Es difícil escuchar a una persona aceptar que no sabe leer, ni escribir, porque la vergüenza es más grande que el empeño por aprender. A veces es más fácil ocultarlo y mantener en secreto las deficiencias, sin embargo, hay quienes con tesón dedican dos horas al día, para tratar de recuperar el tiempo perdido y convertirse en personas letradas y, de esa forma, dejar de pasar penurias en la vida, por no saber siquiera escribir su nombre.
¿COMO PARTICIPAR?
Periódicamente, personal del MIDES realiza giras para ubicar a los iletrados. Si no, puede acercarse a cualquier oficna del MIDES, en las regionales, extensiones o en la sede principal. Para ser voluntario también puede acceder a la página mides.gog.pa