Tragedia. Las inundaciones en Darién no solo provocaron destrucción y caos en la provincia, también las aguas acabaron con la vida de siete somalíes en el cauce del río Tuqueza.
El hecho ocurrió durante las inundaciones del mes de diciembre, cuando estas personas llegaron a Panamá, posiblemente huyendo de los enfrentamientos bélicos y buscando un mejor futuro, pero encontraron un trágico final.
Arturo Alvarado, director de Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), manifestó que solo tiene conocimiento de dos personas fallecidas, posiblemente procedentes de Somalia, que murieron producto de la crecida de los ríos. Recalcó que fueron los pobladores indígenas quienes informaron al Sinaproc y luego la Policía de Fronteras se hizo cargo.
Este medio llamó a esa dependencia, sin embargo, dijeron no tener conocimiento del caso.
CONFIRMAN
Mientras tanto, en el puesto de comando que se ubicó en Metetí para la atención de los pobladores de Yaviza tras las inundaciones, se confirmó la muerte de los siete somalíes. Primero supieron de dos cuerpos hallados, pero los "chavas" (indígenas) insistían en que habían más. Ya caída la noche, personal de ese grupo interinstitucional se trasladó al lugar, muy cercano a Yaviza, y hallaron los cinco cuerpos restantes.
Luego, los trasladaron hacia el Centro de Salud de Metetí, donde se hizo el levantamiento oficial de los cadáveres, que quedaron a cargo del Ministerio Público.
Se conoció, además, de un sobreviviente, pero este no quería hablar con las autoridades, quienes le interrogaban sobre si había más personas que las encontradas en el lugar, pero el idioma fue una barrera.
Este sobreviviente quedó, presuntamente, en manos de las autoridades de Migración de Metetí. No obstante, se llamó a Relaciones Públicas de esta entidad, donde dijeron desconocer el caso, aunque se comprometieron a investigar.
Por su parte, Marino Lano, presidente de área del Congreso Regional Cémaco, también confirmó el hecho. Él informó a este medio que la comunidad le comunicó que fueron halladas entre cuatro y cinco personas extranjeras fallecidas, entre estas, una mujer de alrededor de 20 años. Eso fue en la comunidad de Vigía, a orillas del río Tuqueza.
Argumentó que para ellos es común ver a este tipo de personas en sus comunidades, que llegan caminando por las trochas existentes en la frontera con Colombia. Para eso usan las vertientes de los ríos Tupisa y Tuqueza. Ellos pasan por las poblaciones de Barranquillita, Esperanza, Vigía y Marragantí. Siempre son guiados por coyotes (traficantes de personas), y muchas veces viajan familias enteras.
SILENCIO
Luego de la recuperación de los cuerpos y tras la llegada de la Navidad, todo quedó en silencio. Sin embargo, el sacerdote católico Vicente Sidera, quien trabaja con la población de Yaviza, detalló que tiene conocimiento de la muerte de estas siete personas, por los relatos de los indígenas del área.
El religioso manifestó que estos le aseguraron que el grupo de posibles somalíes constaba de unas veinticinco personas, entre hombres, mujeres y hasta niños.
PASO CONSTANTE, PERO PELIGROSO
La frontera del Darién con Colombia es uno de los pasos que utilizan quienes entran de manera irregular a Panamá y luego siguen su camino hacia los Estados Unidos. Panamá es solo un punto dentro de la ruta de su larga travesía.
El cauce del río Tuqueza es uno de los pasos que utilizan estas personas que entran al país. La población del área las ve en su camino con cierta frecuencia.
Marino Lano destacó que han solicitado a las autoridades de Gobierno y Justicia que haya más vigilancia en esas áreas alejadas, porque temen que estos extranjeros sean portadores de enfermedades. Es común que los coyotes lleguen antes que los extranjeros para verificar que no haya policías en el sector.
Los posibles puntos o rutas de acceso indicadas en el Manual del Plan de Contingencia Frontera de Panamá-Colombia, de la Oficina Nacional para la Atención del Refugiado (ONPAR), son Puerto Obaldía, Boca de Cupe y Jaqué.
Irving Choy, director de ONPAR, manifestó que desconoce de la muerte de los somalíes. Añadió que a él se le informa cuando es capturada la persona e invoca la cláusula de protección bajo la Convención de Refugiados de 1951, se les respetan sus derechos humanos y no son repatriados, porque estas personas buscan refugio debido a que sus países están en medio de conflictos bélicos o son perseguidas. Por esta razón, solo tienen que invocar esa cláusula y de inmediato se les proporciona protección.
El anuncio de captura de personas provenientes del continente africano en las fronteras de Panamá con Colombia es cada vez más frecuente. Solo en el mes de septiembre de 2010 fueron capturadas 16 personas conformadas por grupos de diferentes naciones africanas.
ONPAR rechazó más de 160 solicitudes de refugio en el 2009, admitiendo solo a una pareja que tuvo a su hijo en el país.
La travesía comienza en África vía terrestre hasta Europa, de allí toman vuelos en avión hasta Suramérica (Ecuador), luego siguen por tierra mediante la contratación de traficantes de migrantes, o por su cuenta, hasta Colombia, ingresan a Panamá por la hostil selva darienita, por vía terrestre y fluvial en piraguas. Continúan con su viaje para llegar a Guatemala o Belice, desde donde cruzan a México caminando o en lanchas para llegar a su destino final que es Canadá o los Estados Unidos.
Esta situación mantiene a las autoridades de estos países preocupadas, informó el director de ONPAR.