
La mayor parte de los camilleros son hombres. Ellos se vuelven un soporte emocional para los pacientes.FOTOS: ROBERTO BARRIOS
La mayor parte de los camilleros son hombres. Ellos se vuelven un soporte emocional para los pacientes.FOTOS: ROBERTO BARRIOS
La mayor parte de los camilleros son hombres. Ellos se vuelven un soporte emocional para los pacientes.FOTOS: ROBERTO BARRIOS
“Al principio pensé en abandonar el oficio, pues es muy difícil, pero aprendí a quererlo con el tiempo”.
Daniel Sánchez
“Me he convertido en un ser humano diferente gracias a esta profesión, he hecho muchos amigos”.
Lionel Guevara
Son amables con los pacientes.
Son quienes reciben y despiden a los pacientes.
La mayor parte de los camilleros son hombres. Ellos se vuelven un soporte emocional para los pacientes.FOTOS: ROBERTO BARRIOS
“Al principio pensé en abandonar el oficio, pues es muy difícil, pero aprendí a quererlo con el tiempo”.
Daniel Sánchez
“Me he convertido en un ser humano diferente gracias a esta profesión, he hecho muchos amigos”.
Lionel Guevara
Son amables con los pacientes.
Son quienes reciben y despiden a los pacientes.
La mayor parte de los camilleros son hombres. Ellos se vuelven un soporte emocional para los pacientes.FOTOS: ROBERTO BARRIOS
“Al principio pensé en abandonar el oficio, pues es muy difícil, pero aprendí a quererlo con el tiempo”.
Daniel Sánchez
“Me he convertido en un ser humano diferente gracias a esta profesión, he hecho muchos amigos”.
Lionel Guevara
Son amables con los pacientes.
Son quienes reciben y despiden a los pacientes.
La mayor parte de los camilleros son hombres. Ellos se vuelven un soporte emocional para los pacientes.FOTOS: ROBERTO BARRIOS
“Al principio pensé en abandonar el oficio, pues es muy difícil, pero aprendí a quererlo con el tiempo”.
Daniel Sánchez
“Me he convertido en un ser humano diferente gracias a esta profesión, he hecho muchos amigos”.
Lionel Guevara
Son amables con los pacientes.
Son quienes reciben y despiden a los pacientes.
La mayor parte de los camilleros son hombres. Ellos se vuelven un soporte emocional para los pacientes.FOTOS: ROBERTO BARRIOS
“Al principio pensé en abandonar el oficio, pues es muy difícil, pero aprendí a quererlo con el tiempo”.
Daniel Sánchez
“Me he convertido en un ser humano diferente gracias a esta profesión, he hecho muchos amigos”.
Lionel Guevara
Son amables con los pacientes.
Son quienes reciben y despiden a los pacientes.
Ésta es solo una de la grandes experiencias que los “camilleros“ de los centro hospitalarios viven diariamente; con un sueldo mínimo, pero con un gran corazón velan por la vida y salud de las personas que allí llegan.
Otro de estos valerosos hombres, es Daniel Sánchez a quien con solo 21 años, le ha tocado vivir experiencias difíciles, una de ellas fue atender en pleno turno nocturno a un señor quien con casi 1.90 metros de estatura, llegó con el rostro desfigurado, al momento de decirle que lo iban a coser, salió huyendo como loco y no volvió.
Pablo Guevara desde hace nueve años se dedica al mismo oficio. Explicó que ha tenido que lidiar con cadáveres, lo que en ocasiones le causa temor, pues entrar a la Morgue no es fácil, se requiere valor y fuerza para lidiar con las emociones.
Todo ellos laboran el Hospital Susana Jones de la Caja de Seguro Social (CSS) y gracias a este empleo, han aprendido a valorar la vida y desarrollar su lado humano.