
Fueron muchos los obsequios recibidos por los pequeños.
FOTOS: HERMES GONZALEZ
Fueron muchos los obsequios recibidos por los pequeños.
FOTOS: HERMES GONZALEZ
Fueron muchos los obsequios recibidos por los pequeños.
FOTOS: HERMES GONZALEZ
Los carros son los favoritos.
Disfrutaron de sus alimentos en la festividad.
Todo se dio de forma ordenada.
Compartían entre ellos mismos.
Las casas del lugar son de pencas en su mayoría.
Ricas golosinas para los pequeños.
Los del Senan los ayudaban en todo.
Había payasitos y todo en la fiesta.
Escuela de La Palmilla.
Momentos en que llegaba el Senan.
Rostros de felicidad se veían en los niños.
Los niños jugaban alegremente.
Bajaban emocionados de sus casas.
Fueron muchos los obsequios recibidos por los pequeños.
FOTOS: HERMES GONZALEZ
Los carros son los favoritos.
Disfrutaron de sus alimentos en la festividad.
Todo se dio de forma ordenada.
Compartían entre ellos mismos.
Las casas del lugar son de pencas en su mayoría.
Ricas golosinas para los pequeños.
Los del Senan los ayudaban en todo.
Había payasitos y todo en la fiesta.
Escuela de La Palmilla.
Momentos en que llegaba el Senan.
Rostros de felicidad se veían en los niños.
Los niños jugaban alegremente.
Bajaban emocionados de sus casas.
Fueron muchos los obsequios recibidos por los pequeños.
FOTOS: HERMES GONZALEZ
Los carros son los favoritos.
Disfrutaron de sus alimentos en la festividad.
Todo se dio de forma ordenada.
Compartían entre ellos mismos.
Las casas del lugar son de pencas en su mayoría.
Ricas golosinas para los pequeños.
Los del Senan los ayudaban en todo.
Había payasitos y todo en la fiesta.
Escuela de La Palmilla.
Momentos en que llegaba el Senan.
Rostros de felicidad se veían en los niños.
Los niños jugaban alegremente.
Bajaban emocionados de sus casas.
Fueron muchos los obsequios recibidos por los pequeños.
FOTOS: HERMES GONZALEZ
Los carros son los favoritos.
Disfrutaron de sus alimentos en la festividad.
Todo se dio de forma ordenada.
Compartían entre ellos mismos.
Las casas del lugar son de pencas en su mayoría.
Ricas golosinas para los pequeños.
Los del Senan los ayudaban en todo.
Había payasitos y todo en la fiesta.
Escuela de La Palmilla.
Momentos en que llegaba el Senan.
Rostros de felicidad se veían en los niños.
Los niños jugaban alegremente.
Bajaban emocionados de sus casas.
Fueron muchos los obsequios recibidos por los pequeños.
FOTOS: HERMES GONZALEZ
Los carros son los favoritos.
Disfrutaron de sus alimentos en la festividad.
Todo se dio de forma ordenada.
Compartían entre ellos mismos.
Las casas del lugar son de pencas en su mayoría.
Ricas golosinas para los pequeños.
Los del Senan los ayudaban en todo.
Había payasitos y todo en la fiesta.
Escuela de La Palmilla.
Momentos en que llegaba el Senan.
Rostros de felicidad se veían en los niños.
Los niños jugaban alegremente.
Bajaban emocionados de sus casas.
Llenos de alegría. El sonido de un helicóptero alertó a los residentes de la comunidad de Río Palmilla, al norte de la provincia de Colón, por lo que salieron uno a uno de sus casas, pues desde hace días ellos esperaban ansiosos la llegada de personas del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), pues sabían que les llevarían alegría a los niños de escasos recursos del lugar.
Caían los primeros rayos de la mañana y, entre juegos y risas, los niños hacían sus filas para empezar a recibir los regalos que serían entregados por miembros de la entidad, y no esperaron ni un minuto para desgarrar el papel que los envolvía y empezar a jugar entre ellos.
Además de los hermosos regalos, los niños, de forma animada les pegaron a las piñatas, que estaban cargadas de golosinas, y fueron la sensación de los pequeños.
Luego de horas de sana diversión, los niños, que corrían descalzos por todo el polvo de las calles, que aún no han sido asfaltadas, procedieron a recibir su refrigerio.
Pero no solo los pequeños fueron beneficiados, pues los padres de los pequeños recibieron bolsas de comida para llevar a sus casas.
Una de las cosas que más impactó a DIAaDIA fue la forma en la que los niños agradecían a los organizadores de la actividad, pues corrían, les daban abrazos y besos.
Otros se acercaban a preguntar si algún día regresarían al lugar.