Quienquiera entender lo que significa el respeto a otros, debe leer lo que escribió mi abuelo hace años. El viejito decía lo siguiente:
Respetar a una persona es tratarla como se merece, de acuerdo con su dignidad de ser humano y a la posición que ocupa en una colectividad. Vivir los buenos modales y las normas de educación son señales claras de respeto. El respeto implica no apropiarse de ideas ajenas, lo cual sería un robo; también reconocer los méritos de los demás, sin apropiarse del éxito ajeno, lo cual es otra injusticia. El respeto implica valorar a cada persona, su fama, su tiempo y sus cosas. Cuando no se puede hablar bien de una persona, es mejor callar. Evite juzgarla, si no tiene obligación de ello. La murmuración destruye el ambiente de trabajo, pues daña las relaciones interpersonales. No inicie ni propague chismes bajo ninguna excusa. El respeto es también tolerancia. Es decir, no atropellar a otras personas y valorar las diferencias. Pero hable claro de sus ideas. La cortesía, la amabilidad, el agradecimiento, la puntualidad, las caras amables… son formas de mostrar respeto. Separar los hechos de las personas está en la raíz del auténtico respeto: la conducta inapropiada se debe corregir; en cambio, a las personas se les comprende. Valentía para expresar y defender las ideas propias. Respeto y consideración por las ideas ajenas. El equilibrio entre estas dos posturas es señal de madurez.
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