La lógica se volvió a imponer en la disputa de la participación de Cuba en el primer Clásico Mundial de Béisbol, con el anuncio ayer de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos daba el permiso oficial para que lo hiciese.
La administración del presidente George Bush, que en principio había negado la licencia por considerar que violaba las leyes actuales del embargo contra Cuba, al final aceptó la oferta ofrecida por el gobierno cubano de donar todo el dinero que le corresponda a las víctimas del Huracán Katrina.
De acuerdo con el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, tanto Bush como su administración siempre desearon resolver el asunto de una manera positiva y al final con la garantía que el dinero no va a ir al régimen de Castro ni tampoco podrán utilizar su participación para espiar.
El mes pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos rechazó la solicitud de las grandes ligas para que Cuba jugara.
El permiso es necesario, por las leyes que regulan ciertas transacciones con el gobierno de Fidel Castro, al que generalmente no se permite recibir divisas estadounidenses.
SEDE
Cuba, que está en el Grupo B, tiene previsto jugar los partidos de la primera ronda en Puerto Rico y si pasa sigue en la misma sede.
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