A punto de caerse

Ellos lo único que exigen es que les den la madera, clavos entre otros materiales, para hacer las reparaciones que necesite el viejo caserón.

Mosquitos, ratones, aguas negras, son el pan nuestro de cada día para estas personas. Otro de los problemas más serios es que debido a la falta de sanitarios, tienen que hacer sus necesidades en cartuchos y periódicos.

Fernando Quiróz, quien tiene cuatro años de vivir en la barraca, manifestó que la situación en el caserón es muy dura, porque las medidas sanitarias son nulas.

Agregó que son 32 cuartos los que tiene la barraca en donde a diario más de 50 niños exponen sus vidas, pues ya se han dado casos de dengue clásico.

Quiróz, todos los días le pide a Dios que le dé la oportunidad de vivir en un lugar, donde pueda ver crecer a sus hijos en un ambiente sano. Mientras esa oportunidad llega, le pide a las autoridades que los tomen en cuenta y les ayuden a reparar la barraca, antes que les caiga encima.