
Las clientas quedan esperando más y más diseños.
Las clientas quedan esperando más y más diseños.
Las clientas quedan esperando más y más diseños.
Para hacer las pulseras hay que reunir muchas pepitas.
Hermelinda improvisa modelos al ver algún diseño que le llame la atención.
Fotos: BRENDA DUCREUX
Las clientas quedan esperando más y más diseños.
Para hacer las pulseras hay que reunir muchas pepitas.
Hermelinda improvisa modelos al ver algún diseño que le llame la atención.
Fotos: BRENDA DUCREUX
Las clientas quedan esperando más y más diseños.
Para hacer las pulseras hay que reunir muchas pepitas.
Hermelinda improvisa modelos al ver algún diseño que le llame la atención.
Fotos: BRENDA DUCREUX
Las clientas quedan esperando más y más diseños.
Para hacer las pulseras hay que reunir muchas pepitas.
Hermelinda improvisa modelos al ver algún diseño que le llame la atención.
Fotos: BRENDA DUCREUX
Las clientas quedan esperando más y más diseños.
Para hacer las pulseras hay que reunir muchas pepitas.
Hermelinda improvisa modelos al ver algún diseño que le llame la atención.
Fotos: BRENDA DUCREUX
“Una vez observé a mi cuñada que estaba haciendo las pulseras, me pareció interesante y enseguida le dije que por favor me enseñara”, expresó emocionada.
La técnica la realizó a su perfección, tanto así, que ya tiene tres años de vender sus creaciones en el puente elevado de La Caja de Seguro Social (CSS) ubicado en la avenida Transístmica, en el que ha tenido una buena aceptación por parte de las personas que transitan por el lugar.
Esta artesana mezcla diferentes modelos y colores de pepitas para hacer creaciones innovadoras, pero las que más les gustan son las chaquiras, ya que son más rápidas de hacer, pues solo le llevan 10 minutos terminarlas.
En cuanto a los precios, son bastantes asequibles: un juego de collar con todo incluido lo ofrece a $10.00, mientras que los aretes y sortijas van desde 0.50 en adelante.
Hermelinda viaja a diario de su tierra natal La Chorrera para vender sus diseños a su clientela, y así cautivarlos con sus nuevos modelos. Siempre lleva su desayuno y almuerzo, ya que la comida está muy cara en la calle para gastarse lo poco que se hace en el día.
“Nada es fácil en la vida, pero tampoco tan difícil como para no lograrlo”, mencionó la artesana.