Querida Moza. Primero, disculpa las faltas ortográficas. Soy un hombre alto, trigueño, de 31 años y te escribo con ánimos de un consejo, no es para tirarme flores. Siempre he sido un hombre muy preocupado y un gran estudioso de la sexualidad, y a mis 31 años, he desarrollado grandes habilidades en ese gran arte de hacer el amor, lo cual acompañado de mi seguridad y personalidad, hace que algunas damas maten por querer tener sexo conmigo. Te repito amiga, esto no es para nada una intención de propaganda. El caso es que les doy tanto placer y "claro, yo también lo disfruto muchísimo", pero ahora comienzo a sentirme como un objeto sexual. Ellas, entre las cuales están, sin ánimos de exagerar, cuatro compañeras de trabajo, una ex de mi hermano, la esposa de mi cuñado, una vecina y una compañera de trabajo de mi novia, hasta pagan el hotel y todo, con tal de que les haga el amor y si diera oportunidad habría más. Claro, siempre me protejo muy bien, pero lo peor es que algunas de las compañeras de trabajo ya lo saben y no les importa, siempre y cuando las siga viendo y más todavía se corre la fama. Cada vez hay más chicas, amigas de ellas, que directamente me lo piden. A pesar de que para muchos hombres quizás sea el sueño de su vida, para mí ya no es tan divertido. Ellas están en edades desde 23 hasta 38 años. Claro, es muy halagador, pero me siento como un objeto sexual. Lo bueno es que mi apetito sexual no disminuye con las mujeres, por el contrario, aumenta y es que no les hago sexo, las hago vibrar, como según ellas jamás nadie lo ha hecho con múltiples orgasmos, que los consiguen de todas las formas en que se lo haga. Algunas de ellas aseguran jamás haber hecho el amor más de dos veces seguidas... ¡imagínate! Eso para mí realmente es un verdadero arte, pero un arte que ahora me hace sentir algo utilizado. Moza, dime qué puedo hacer, ya que es una verdadera crisis para mí.
ESTA EN TI
Hola, corté un poco tu historia. Lo que me cuentas es un verdadero problema, y créeme, no pienso que te estés dando bombos, creo en verdad tienes que arreglar tu vida. Amigo, aunque te protejas, no puedes seguir saliendo con tantas mujeres, porque podría ser peligroso. Aunque no lo quieras reconocer, sí eres un objeto sexual, pero yo no puedo hacer nada, eres tú quien debe decir alto, si no las cosas no van a cambiar. Piénsalo y verás que tengo razón. Otra cosa, llegará un día que una de esas mujeres te diga que no le gustó y el que se acomplejará eres tú. ¡Ojo!
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