
Se menciona que el 10 al 15% de los niños pueden ser asmáticos.
Es una enfermedad que se caracteriza por episodios recurrentes de sibilancias (silbido o pito en el pecho), dificultad respiratoria, tos y sensación de opresión en el pecho, síntomas que se producen por inflamación de la vía respiratoria, obstrucción de los bronquios y aumento en la secreción de moco.
Los síntomas del asma pueden ser desencadenados por diversos factores o estímulos: infecciones respiratorias, alérgenos inhalados, cambios de temperatura, alimentos, exposición a animales o el ejercicio.
Si bien el ejercicio puede desencadenar crisis de asma en algunos pacientes, no se debe contraindicar en forma general. Debemos romper con el mito de que el niño asmático no puede participar en las clases de Educación Física o piscina, salvo que esta condición sea corroborada por el médico. No debemos sobreproteger a nuestros hijos, privándolos de los beneficios del ejercicio.
El ejercicio es recomendado para todas las personas por sus múltiples beneficios. Los ejercicios aeróbicos contribuyen a mejorar la función pulmonar y cardiovascular: caminar, correr, nadar, montar bicicleta, entre otros. Los niños asmáticos no son la excepción a esta recomendación. La clave para que el niño asmático pueda realizar ejercicios habituales o de competición es el buen control que se tenga de su padecimiento, acudiendo en forma oportuna a su médico y utilizando su medicación en forma regular.
Hay una condición conocida como Asma Inducida por el ejercicio en la que los niños pueden presentar síntomas después de 6 a 8 minutos de ejercicio continuo y vigoroso y usualmente se resuelve 45 minutos después de finalizado el ejercicio.
Es muy importante individualizar los casos, ya que no todo tipo de deporte es tolerado de la misma forma por el paciente y la condición física y grado de afectación varía de un paciente a otro.
La educación es vital en el manejo del paciente asmático y de sus familiares, de allí que se recomienda que acudan periódicamente a talleres y campamentos organizados por el personal de salud, en los cuales se les instruye acerca de reconocer los síntomas de alarma, tratamiento e interrogantes como pueden ser la práctica del ejercicio físico.
En forma supervisada
No debe presentarse ningún inconveniente
Recalcamos el hecho que el niño asmático debe tener controles periódicos con su pediatra o neumólogo y, si es necesario, la utilización de medicamentos broncodilatadores inhalados de 10 a 15 minutos previo a la realización del ejercicio.
Si el niño se encuentra en una crisis asmática, definitivamente que no debe realizar ejercicio, ya que esto puede exacerbar el cuadro.
Recomendaciones
Control del asma bronquial con los medicamentos prescritos por el pediatra o neumólogo pediatra.
No realizar ejercicio si se encuentra en crisis asmática.
Realizar calentamiento previo a la actividad física.
Procurar respirar por la nariz.
Si el paciente presenta asma inducida por el ejercicio se prefieren ambientes cálidos y húmedos y evitar ambientes fríos y secos.
Que realice deportes
Incentívelo y ayúdelo a mejorar su autoestima
El asma no debe ser impedimento para que el niño realice ejercicio habitual, así como el de competición. Por el contrario, se debe incentivar al niño asmático para que realice deporte. Esto mejorará enormemente su condición física y su autoestima. Inclusive, bien controlado puede llegar a ser un deportista olímpico, siguiendo el ejemplo de varios que han logrado triunfos importantes a lo largo de la historia.