GENTE COMO YO

Calientito y barato


Cerrar!

Es buscado por sus clientes.

  • Calientito y barato

    Es buscado por sus clientes.

  • Calientito y barato

    Aquí transporta su producto para no quemarse.

  • Calientito y barato

    Su producto es de mucha ayuda.

  • Calientito y barato

    Libardo dice que es un trabajo que da para vivir.Foto: ROBERTO BARRIOS

  • Calientito y barato

    Es buscado por sus clientes.

  • Calientito y barato

    Aquí transporta su producto para no quemarse.

  • Calientito y barato

    Su producto es de mucha ayuda.

  • Calientito y barato

    Libardo dice que es un trabajo que da para vivir.Foto: ROBERTO BARRIOS

  • Calientito y barato

    Es buscado por sus clientes.

  • Calientito y barato

    Aquí transporta su producto para no quemarse.

  • Calientito y barato

    Su producto es de mucha ayuda.

  • Calientito y barato

    Libardo dice que es un trabajo que da para vivir.Foto: ROBERTO BARRIOS

  • Calientito y barato

    Es buscado por sus clientes.

  • Calientito y barato

    Aquí transporta su producto para no quemarse.

  • Calientito y barato

    Su producto es de mucha ayuda.

  • Calientito y barato

    Libardo dice que es un trabajo que da para vivir.Foto: ROBERTO BARRIOS

  • Calientito y barato

    Es buscado por sus clientes.

  • Calientito y barato

    Aquí transporta su producto para no quemarse.

  • Calientito y barato

    Su producto es de mucha ayuda.

  • Calientito y barato

    Libardo dice que es un trabajo que da para vivir.Foto: ROBERTO BARRIOS

Redacción - DIAaDIA

Se las ingenia para llevar el sustento a su casa. Libardo Parra llega todos los días a las 8:00 a.m. a la Peatonal con una carretilla en la que lleva termos de café y té que vende a quienes pasan de apuro por ahí para hacer su trasbordo.

Desde muy temprano Parra se despierta para preparar una olla de café y otra de té. Realiza dos rondas todos los días, de 8:00 a.m. hasta las 10:00 a.m. y la otra de 1:00 p.m. hasta las 4:00 p.m.

“Siempre vienen personas diciendo que les dé café, porque si no toman les da dolor de cabeza, por lo que gustosamente les ofrezco mi producto”, dijo Parra.

Luego de terminar la primera ronda de la mañana este laborioso hombre se va a su casa para cocinar para su hijo de 16 años, a quien trata de darle todo.

El comerciante admitió que debido al precio del café la situación se ha puesto más dura, pero siempre sale para algo.

Al día vende unas 150 tazas chicas de café y 150 tazas grandes.

El café tiene un precio de 25 centésimos el chico y 40 el grande.

Parra se las ingenia, pues la cortesía y el buen trato atraen a los amantes del café, que no se resisten cuando ven la carretilla pasar y quedan llamándolo para que les venda “una taza de cafesito”.

Durante el tiempo que DIAaDIA estuvo entrevistándolo, las personas se acercaban a comprar su café, y usted escoge si lo desea con leche.

Y es que el producto que ofrece Parra está como recién salido del fogón, pues lo mantiene caliente a través de un termo.

Parra expresó que aquí en Panamá las personas deben ser más creativas para conseguir el sustento, pero que la pena se apodera de ellos y no hacen nada.

 

MÁS NOTICIAS