
Era trabajaba en Sinaproc y siempre estaba dispuesto ayudar a los demás.
FOTOS: EVERGTON LEMON
Era trabajaba en Sinaproc y siempre estaba dispuesto ayudar a los demás.
FOTOS: EVERGTON LEMON
Era trabajaba en Sinaproc y siempre estaba dispuesto ayudar a los demás.
FOTOS: EVERGTON LEMON
El charco, según los moradores, tiene nueve metros de profundidad
Era trabajaba en Sinaproc y siempre estaba dispuesto ayudar a los demás.
FOTOS: EVERGTON LEMON
El charco, según los moradores, tiene nueve metros de profundidad
Era trabajaba en Sinaproc y siempre estaba dispuesto ayudar a los demás.
FOTOS: EVERGTON LEMON
El charco, según los moradores, tiene nueve metros de profundidad
Era trabajaba en Sinaproc y siempre estaba dispuesto ayudar a los demás.
FOTOS: EVERGTON LEMON
El charco, según los moradores, tiene nueve metros de profundidad
Era trabajaba en Sinaproc y siempre estaba dispuesto ayudar a los demás.
FOTOS: EVERGTON LEMON
El charco, según los moradores, tiene nueve metros de profundidad
Miguel Zabala, un estudiante de la Universidad Marítima, que se encontraba disfrutando de fin de semana familiar, observó cuando Del Valle se sumergió en la parte más profunda del charco y comenzó a hacer señas, de inmediato nadó, pero al llegar el joven yacía en el fondo del río.
Zabala logró sacar a Jonathan del agua, pero al querer darle los primeros auxilios, la víctima convulsionó y falleció.
Sus amigos, afectados por el hecho, afirmaron que, “Bebesín” como lo conocían, era un joven admirado por los moradores de Los Abanicos en San Miguelito, pues siempre ayudaba a los demás y aconsejaba a los jóvenes a salir de los a los malos pasos.
Jonathan era un ejemplo para todos sus conocidos; él tenía un año y medio de fungir como personal de mantenimiento en el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), y residía junto a su madre, era el menor de tres hermanos.