Marcado por el hampa
A pesar de sus limitaciones, le pone la mejor cara que tiene a la vida.

Diamar Díaz Nieto | DIAaDIA

Como el bíblico ciego del templo al que Jesús curó, así se encuentra este señor pidiendo limosna en las afueras de la Basílica Don Bosco, sobre todo porque sabe que ante los pies de este templo, donde descansa el Todopoderoso, siempre encontrará una respuesta apropiada a las dolencias que lo acompañarán el resto de sus días.

Odimildo Concepción, producto de su edad y principalmente por su discapacidad, vive de las monedas que gentilmente le donan devotos feligreses que van a la casa del "Santo Patrono de la Juventud".

Su sombrero pintado ya está del color de la canela, producto del sucio y del paso del tiempo que no perdona a nada ni a nadie.

Su acento y sus rasgos lo delatan como un hombre que proviene del interior de la República.

Un robo y la cruel forma en la que lo atacaron los forajidos para llevarse su dinero, hicieron que perdiera sus dos ojos. Este hecho se dio cuando tenía 33 años.

Odimildo reside en el corregimiento de Arraiján y tiene cuatro hijos, a los que les debe llevar el sustento. Sus cuatro hijos son menores de edad.

Su corazón todavía alberga un sueño y es el de trabajar, a pesar de que sabe que por su edad (cumplirá 68 en abril) le será difícil, ya que en estos tiempos las empresas contratan a gente menor de 35 años.

Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2006 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados