En los 18 años que Jorge Velásquez se ha dedicado a la venta de frutas, ha logrado llevar el sustento a casa y dar educación a sus dos últimas hijas, que ya están graduadas de secundaria. Jorge, quien por muchos años trabajó para empresas privadas, al verse cesante decidió montar el puesto en una esquina cercana a la Policlínica de la Caja de Seguro Social de Villa Cáceres.
En una pequeña carretilla, Jorge llevaba sus papayas, piñas y sandías, bien picadas y frescas, que vendía a pacientes del centro hospitalario o a peatones y taxistas acalorados, que paraban en esa esquina a refrescarse con una jugosa fruta.
Poco a poco fue creciendo el puesto hasta convertirse en lo que es ahora. Aunque sencillo, Jorge tiene todo lo que necesita para picar y preparar las frutas. Han pasado ya 18 años desde que Jorge comenzó.
Aunque la competencia está fuerte, pues han llegado otros vendedores de frutas, Jorge mantiene buena clientela, pues sus frutas son más frescas y "dulces", según los clientes. Sin embargo, Jorge asegura que "no es que sean más dulces, sino que hay que saber comprar".
Todas las semanas, Jorge va al Mercado de Abastos y se toma su tiempo para comprar y elegir él mismo sus frutas.
Este panameño emprendedor, con mucho esfuerzo se ha ganado su dinero y lo ha invertido sabiamente. Es por ello que no comprende "cómo hay hombres sanos que se dediquen a pedir plata, cuando pueden hacer algún oficio honesto". ¿Qué les parece?
MENSAJE
"Uno como pobre debe buscar cómo ganarse la vida. El problema del panameño es que es muy flojo, todo nos da pena".
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