La familia de Ingrid Betancourt, rehén de las FARC desde febrero de 2002, se siente como "una bola de ping pong", entre la guerrilla y el Gobierno del presidente colombiano, Alvaro Uribe, según dijo el ex marido de la secuestrada Fabrice Delloye. Pero mostró cierta esperanza en obtener un acuerdo humanitario que permita la liberación de 44 rehenes políticos a cambio de medio millar de guerrilleros presos.