Timoteo debe sacar fuerzas para ayudar a su esposa. (Foto: Enrique Núñez / EPASA)
Enrique Núñez O.
| DIAaDIA
Los vecinos se han convertido en sus ángeles. Pasada la 1:00 p.m., se encontraba en casa de Timoteo Samaniego, su esposa Raquel Muñoz, con la cara empapada en lágrimas porque no tenían nada para comer.
El señor había salido donde unos vecinos para ver si le aportaban algo para la cena. Ellos son una pareja de esposos de 72 años, que viven en situación de pobreza extrema en la comunidad de Coloncito, en el distrito de Chame, a 800 metros de la vía Interamericana.
Hace un año vivían en una deteriorada casa de zinc, pero el MIVI les donó los materiales para que construyeran una de bloques.
Al entrar a la residencia, lo primero que se observa es una cama oxidada con un colchón deteriorado donde duerme Raquel. Al lado hay una estufa un poco vieja, cuyos fogones apenas encienden.
Años atrás, Timoteo sufrió un derrame que lo dejó con discapacidad en sus manos. Esto le impidió volver a trabajar, porque el doctor se lo prohibió y desde entonces no hay quién lleve el sustento al hogar.
El panorama para Raquel también es incierto, pues sufre de artritis y está en silla de ruedas, pues constantemente le dan fuertes dolores.
Por ello, Timoteo tiene que hacer todo en la casa, desde cocinar hasta lavar la ropa de ambos.
Otro aspecto lamentable es cuando la señora Raquel tiene que ir al médico, pues se hace difícil llevarla por falta de dinero, aunque los vecinos siempre ayudan.
"Para mí es difícil conseguir la comida, porque no trabajo, ya que mi enfermedad me lo impide", expresó preocupado Timoteo.
"A veces consigo algo con mis vecinos, pero no es mucho y cuando no obtengo nada, mi esposa se pone a llorar por la situación tan dura que estamos pasando. Le pedimos a las autoridades que nos ayuden, puesto que no recibimos ayuda económica de ningún tipo", expresó.
DIFICULTAD
La vivienda no tiene letrina y el fregador está inservible.