Dueño de los cielos
Javier Aparicio. (Foto: Mirna Rogers / EPASA)

Marlen Dayré Pérez | DIAaDIA

Pilotear siempre fue su sueño, por eso disfruta mucho lo que hace. Para Javier Aparicio, ser Capitán de Línea de Vuelo Presidencial, más que un honor es un deber, pues sigue los pasos de su padre, que también fue piloto.

Muy seguro de sí mismo, expresó que pilotear aeronaves de la Autoridad de Aeronáutica Civil (AAC) para vuelos especiales, así como transportar a altas figuras del ámbito político, como el Presidente de la República, es una oportunidad que considera única en la vida. Por ello, trata de realizar su labor lo mejor posible para que nada ni nadie tenga queja alguna.

Pese a sus cortos 25 años, Javier confesó que desde que se inició en esta faena, la que considera arriesgada, siente más amor por la vida, ya que sabe que estar en pleno vuelo es un alto riesgo, pero aseguró que Dios le acompaña copiloteando la nave a su lado.

Sonriente, también nos dijo que su familia, aunque a veces se preocupe, no se opone a su trabajo, pues reconocen que es lo que realmente le agrada.

Bajo la lluvia, intenso sol y, sobre todo, en las noches, aseguró Javier que ha tenido que salir a sobrevolar, pues sabe que su trabajo no tiene horario, y cuando se necesita un piloto piensan en él, y como siempre lo ha dicho, no puede faltar a su llamado diario.

Este simpático hombre sugirió a todos aquellos que deseen pilotear, que tengan mucha disciplina, carácter y nervios de hierro, pues en el aire no hay tiempo para titubear, ni pensar en segundas ni terceras opciones.

GENERACION

Aún no tiene hijos, pero le agradaría que fueran pilotos, como lo fue su padre y él ahora.

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