En Panamá, la propina es un gesto de cortesía que se da porque la persona considera que ha recibido un buen servicio. Pero en ningún caso es una obligación o una costumbre.
Si usted acude a un restaurante y no cree que le hayan atendido bien, no tiene por qué dejar un solo céntimo de propina. Lo mismo ocurre con otros servicios: el botones del hotel que le sube las maletas y le indica cuál es su habitación o el chico del supermercado que le carga los paquetes. Con el aumento de los servicios a domicilio, casi todos los repartidores son "objeto" de su propina, siempre que lo considere oportuno. Usted es quien debe valorar el servicio y saber si cree que merece esa propina. Una cosa que debe tener en cuenta es no utilizar la propina para descargar ese montón de monedas. No hace muy buen efecto.
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