Muchos se han preguntado qué ha pasado con una de las hijas de la leyenda panameña Roberto Mano de Piedra Durán, Irichelle Durán, quien hace años se subió a un ring de boxeo y le demostró al mundo que las mujeres también pegan.

Conversamos con ella, vía telefónica desde Miami, y nos detalló sus nuevos pasos.

bbAmor por el boxeo

Una de las primeras cosas que nos dijo Irichelle fue que lamentablemente su carrera boxística duró poco, pues no resultó lo que ella espera. Además, no era muy bien vista ante los ojos de su padre.

"El boxeo es y seguirá siendo mi pasión. Siempre anhelé llegar a ser como mi padre, lamentablemente, no fue así. Pero como el boxeo es lo mío, decidí hacer algo que me permite estar cerca de este deporte: gracias a Dios, hace tres años se me presentó la oportunidad de trabajar en HBO Plus como comentarista de boxeo, donde hasta la fecha estoy muy satisfecha con lo que hago", expresó muy alegre.

Cada dos o tres sábados esta chica se dirige a comentarles a todo los latinoamericanos los últimos hechos del mundo boxístico. El resto del tiempo se lo dedica a su pequeño, Antonio Roberto, de tan sólo año y medio.

bbEs escritora

También escribe sus vivencias en el boxeo para algún día llegar a plasmarlas en un libro que espera concluir en un futuro no muy lejano.

A pesar de que tiene años viviendo en Miami, no olvida la tierra que la vio nacer, pues extraña su hermosa temporada de verano, el rico arroz con pollo de su mamá y el escandaloso ruido de los "diablos rojos"; espera poder estar en su patria para mediados o fin de año.

Aunque fue poco lo que hizo en el mundo del boxeo, su nombre está escrito en varias carteleras boxísticas, por ello, Irichelle tiene pensado algún día llegar a hacer algo junto a su padre que pueda ayudar a valorar más este deporte que no es bien visto por algunas personas.

bbComunicadora desde pequeña

No crean que Irichelle es una comentarista empírica, para nada. Irichelle tomó unos cursos certificados de periodismo y locución para la televisión, he ahí sus conocimientos.

Sus deseos también se vieron reflejados, porque desde pequeña observaba cómo entrevistaban a su papá, y desde entonces ella jugaba en su cuarto simulando ser periodista. También leía el periódico en voz alta, mientras se sentaba a desayunar en el comedor. Para ella, no haber culminado su licenciatura no es impedimento para narrar boxeo.

A sus 32 años, es una mujer unida con un doctor llamado Antonio, y feliz de ver crecer a su hijo del mismo nombre, luego de pasar un embarazo de alto riesgo, que por poco le cuesta la vida.

Su mayor orgullo es que su bebé ya tira sus primeros manotones para pelear, pues a su corta edad ya su madre le está enseñando cómo boxear.

Irichelle, muy agradecida y emocionada por la entrevista, se despidió diciendo que espera vernos cuando retorne a Panamá.