El señor Rubén Barría se dedica a la venta de raspa’o en las diferentes ferias que se realizan en todo el país, casi se las ha recorrido todas con su refrescante producto.
Rubén cuenta con 53 años de edad y es oriundo de la comunidad de Pan de Azúcar en Los Pozos, pero estaba en la Feria de San Sebastián de Ocú ofreciendo sus coloridos raspa’os.
Mientras esto pasa, su esposa Lucrecia González se queda en casa cuidando a los hijos, ya que son seis, por lo que Rubén debe trabajar duro para llevar el sustento diario a su casa.
"Yo realizo este trabajo en tiempo de feria y hay días que me va bien, como hay días que me va mal", contó.
Sumado a esto, tiene que luchar contra los altos precios de los productos que usa como materia prima para sus raspa’os y así poder sacar algo de ganancia.
En los días que le va mejor en la venta se queda con B
100.00, de los cuales B/30.00 los invierte en hielo, sirope, carrizos y todo lo que se utiliza para el raspa’o.
Cuando se acaban los tiempos de feria, trabaja en el campo, ya que debe mantenerme haciendo cualquier trabajo para conseguir algo de plata para la comida de sus hijos y de su esposa.
También dijo que este año tendrá que trabajar más duro, ya que uno de sus hijos ingresará a estudiar al Instituto Nacional de Agricultura (I.N.A), en Divisa, allí continuará sus estudios secundarios.
La señora Lucrecia dice sentirse orgullosa por el sacrificio que hace su esposo para mantener a la familia. Además que Rubén se va por varios días para las ferias y ella queda sin saber dónde duerme, si pasa frío en las noches y tantas cosa que le pasan por la mente.
Pese a todas las limitaciones y sacrificios, esta familia se mantiene unida cosechando las mieles del negocio.
DEDICADO
Cuando Rubén no está en una feria vendiendo raspa’o, se dedica a las labores del campo.