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Sólo saben de hambre y de dolor
En el Parque Industrial las cocinas móviles dominicanas daban de comer a los niños. (Foto: JESÚS EDUARDO SIMMONS / EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA
El terremoto dejó más de 600 mil niños afectados. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que deberá brindar alimentación a unos dos millones de haitianos al menos por un año. Se calcula que el país necesitará 10 años para recuperarse.

"Papá, me duele". Esto era lo único que le decían los niños a sus padres, después de haber quedado con heridas muy graves a causa del terremoto de 7.3 grados en la escala de Richter, que azotó a Haití el pasado martes 12 de enero.

Un ejemplo muy claro del dolor que vivían los pobres niños se dio en el hospital ubicado en la comunidad de Jimaní, en la frontera con República Dominicana.

Al entrar al nosocomio el olor a putrefacto y graves heridas que presentaban los pacientes, daban la impresión de que estuviésemos dentro de una carnicería.

En el pequeño hospital, las personas eran atendidas en el piso, al punto que había que fijarse al dar un paso para no pisar y provocar algún daño mayor a los pacientes.

En medio de tanto sufrimiento, un pequeño de 10 años se aferraba a la mano de su padre, mientras que le hablaba en cléore (una combinación de francés con idiomas africanos).

Al consultarle a la voluntaria de la Defensa Civil de la República Dominicana que me servía de intérprete, qué decía el pequeño, dijo que preguntaba dónde estaba su pie.

Y es que, debido a la gravedad de sus heridas los doctores no tuvieron otra opción que amputarle la pierna derecha para poder salvarle la vida.

Al consultar a Monsiuer, padre del menor de edad, en medio de una gran tristeza dijo que su hijo había quedado bajo los escombros de su casa.

La pérdida de la pierna del niño fue un golpe duro y devastador para Monsieur, ya que tenía toda una vida por delante, y además era su único hijo.

En Puerto Príncipe, la situación no era menos alentadora, sólo bastaba ver a los niños vagar por las calles en busca de un poco de agua y comida.

Ni hablar del Parque Industrial donde estaban los socorristas de varios países, diariamente allí llegaban cientos de niños y niñas con los brazos y piernas quebrados.

Escuchar los gritos que daban los infantes mientras sus heridas eran sanadas era tan desgarrador que en ese momento mis ojos se llenaban de lágrimas al tiempo que pensaba en mis hijos.

Ver cómo los papás trataban de consolar a sus criaturas era conmovedor, pero más todavía era verlos cómo se deshacían en llanto al ver a sus hijos sufrir.

En tanto, en la comunidad de Crist-roi en Puerto Príncipe camino a Petion-Ville, en medio de la tragedia y de su inocencia los niños jugaban, comían y reían, debajo de improvisadas lonas hechas con plástico y trapos viejos. En ese lugar, la gente trataba de no pensar en la tragedia en que los sumió el poderoso terremoto.

SECUESTROS:

Medios internacionales afirman que hay bandas de secuestradores y redes internacionales que se roban a los niños de los hospitales y orfanatos. A 13 días del terremoto la basura inunda las calles de Haití.

SIN TECHO

El terremoto de 7.3 grados que azotó a Haití el pasado 12 de enero dejó a unos dos millones de personas sin hogar. Los que más sufren esta situación son los niños.





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