Entre decepciones y revelaciones

Panamá echó un sobre de azúcar a su amargo café. La Roja evitó el bochorno, venció ayer 3-1 a Guatemala, y se quedó con el último boleto disponible para la Copa Oro, un objetivo poco ambicioso que había puesto como obligación el seleccionador nacional, Julio César Dely Valdés, a sus jugadores, antes de iniciar la Copa Centroamericana 2013.

Panamá cerró con nota positiva un certamen que, sin embargo, trajo más amarguras que alegrías. El torneo dio pie para que algunos jugadores se mostraran con miras a la Hexagonal, para que otros se ratificaran en su puesto, pero también terminó por condenar a ciertos elementos y dejar muchas dudas en torno a otros.

Por ejemplo, Marcos Sánchez y Alberto Quintero se consolidaron como dos de los hombres más desequilibrantes con los que cuenta la Roja en estos momentos, mientras que Leonel Parris y Alcibiades Rojas, sobre todo este último, se apuntaron como las muy gratas revelaciones de la escuadra canalera en este campeonato.

Por otro lado, Eybir Bonaga y Carlos Rodríguez se vieron deslucidos en este certamen, la camiseta les quedó grande y, por lo mostrado en este torneo, no deberían ser citados por Julio Dely para el partido del 6 de febrero ante Costa Rica.

Juan de Dios Pérez, en tanto, fue uno de los futbolistas que más decepcionó, tuvo una Copa para el olvido e hizo méritos como para que nadie recuerde hoy el buen accionar que tuvo el año pasado en la eliminatoria mundialista.

Reacción

El “Panagol” restó importancia al para nada prestigioso quinto lugar obtenido, y, en defensa de sus jugadores, argumentó que se cumplió con el objetivo principal, que era clasificar a la Copa Oro.

“Si tuviera que calificar a los jugadores del uno al diez, los calificaría con diez”, soltó Dely Valdés en el salón de conferencia del Estadio Nacional de La Sabana, en San José, Costa Rica.