Su historia es de lucha. Adolfo Arenas estuvo en el mundo de la droga y el alcohol 35 años, periodo en el que perdió a su familia y amigos. Vivió como piedrero, pero una noche fue recogido de las calles y llevado al campamento.
Un despertar a la libertad. Allí fue el estratega de las fugas, pero ahora se encarga de las citas y medicamentos para sus compañeros.