Me imagino que Newton al decir que "toda acción tiene una reacción" jamás pensó en economía, pero dicho enunciado se fundamenta en un modelo matemático, así que extrapolemos. De repente, la aplicación podría resumirse así: "todo enriquecimiento implica un empobrecimiento". Y a mayor enriquecimiento, mayor empobrecimiento.
De acuerdo a dicho principio, Bill Gates no sería trillonario sin pobres en el tercer mundo. Es que las riquezas no son infinitas, y si alguien tiene todo, es porque muchos no tienen nada. Pero nosotros, los llamados humanos insistimos en justificarnos, y los procesos de enriquecimiento y empobrecimiento se justifican a través de ideologías tan simples como el machismo, el racismo y la discriminación social.
Hablemos del machismo. Sin ánimo de sentar cátedra, creo que el machismo se puede resumir con la siguiente frase: "Los hombres se respetan". Dicha oración podemos adornarla de muchas formas y el machismo adquirirá diferentes tonalidades. Por ejemplo, añadiéndole un toque de pedantería queda así: "Los hombres se respetan… je, je, je". Con un poco de fundamentalismo sonaría a algo como "Los hombres se respetan… y punto".
Podemos seguir adornando: "Los hombres se respetan… y no te resbales, si no te parto la cara". Crudo argumento. ¿Cómo entonces pueden enfrentarlo las mujeres? Pueden llenar las cárceles con los agresores o aplicar masivamente los correctivos de la Bobbit. ¡Ups! Eso duele. En lo personal, opino que somos los hombres los que estamos obligados a resolverlo. Pero, a esta altura del partido, ya estoy totalmente convencido de que los hombres no lo vamos a poder resolver sin la ayuda de las mujeres.
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