Un cambio. Como José Herazo, de 24 años, otros jóvenes de San Felipe han dejado las pandillas, armas y malas compañías, para edificar sus vidas igual como lo están haciendo con las viejas estructuras del Casco Antiguo.
Hoy se dedican a la construcción
Unos 8 expandilleros trabajan remozando los pisos de la Compañía de Jesús donde estará El Jardín Botánico y otros 10 en la Casa Rosada, donde vivirán algunos vecinos del barrio.
Ariel Espino, director de Patrimonio Histórico, dijo que la contratación de estos jóvenes depende del calendario de obras, pero se busca incluirlos en el desarrollo del área.
Las piquetas, palas y mazos son sus herramientas de trabajo, alejados de las armas que algún día usaban para robar.
Un nuevo panorama les sonríe, más cuando iniciarán cursos en el INAFORP y la escuela a distancia con el MEDUCA.
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