Cuando acabó el primer asalto de la pelea entre Roinet “Mus” Caballero y el indonesio Chris “El Dragón” John, se me vino a la mente aquel combate que disputó el panameño ante su compatriota Whyber García, el año pasado.

En aquella oportunidad, Roinet salió muy cauteloso ante Whyber, pero en el segundo asalto puso el pie en el acelerador para imponer su poder. Al final logró apuntarse un triunfo por la vía del nocaut.

En Indonesia, Roinet quiso hacer lo mismo, pero cuando pudo comprobar que no aguantaba la mano del campeón, no le quedó más remedio que poner el cambio en reversa.

Fue en ese momento que se derrumbó Roinet y todo el “Plan A” que había preparado su esquina desde Panamá.

Y es que para nadie era un secreto que la única posibilidad que tenía Roinet de salir victorioso en Indonesia era atropellando al campeón, porque en la pelea a distancia sería claramente superado.

Al final, Roinet y su equina se quedaron sin un “Plan B”. No hay más explicación de la derrota. Roinet tenía buenas condiciones físicas y estaba fuerte, porque muchas veces le pusieron las “piernas de trapo”, pero jamás visitó la lona.

Estoy de acuerdo con la decisión del entrenador Orlando Soto de detener el combate antes que iniciara el octavo round, porque a su pupilo le estaban dando una severa paliza.

Ahora sólo queda mirar hacia el futuro. Roinet debe levantarse y seguir hacia adelante, porque considero que este no es su final. Recordemos que este muchacho sólo tiene 24 años de edad y es un amante del gimnasio. De seguro que si se mantiene en el camino correcto, volverá a tener otra oportunidad por un título del mundo.

Sin embargo, antes que llegue ese día, Roinet debe aprender de las derrotas, como la que sufrió el sábado en Indonesia.