Se ha deteriorado su sistema renal y el estado de conciencia.
La familia de Luis Fernando Montoya se resignó y dejó en manos de Dios su suerte ante el incontenible deterioro de la salud del estratega que hizo grande al Once Caldas de Manizales, último campeón de la Copa Libertadores.
La lucha librada por los médicos durante 37 días ha resultado inútil hasta ahora, pues a cada momento Montoya se agrava.
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