Se formó la corredera por un reloj. ¡Hey, hey!... gritaban algunos, mientras otros se preguntaban: ¿qué pasó?

En medio del tumulto, nadie sabía qué estaba pasando hasta que por fin aparecieron dos sujetos discutiendo y de paso aprovecharon para darse algunos golpes.

Los protagonistas esta vez fueron Roberto Delgado, un relojero informal de la Peatonal y su molesto cliente, Ediberto Cerrud.

La disputa que estalló ayer tiene sus antecedentes. Al parecer, Ediberto llevó su reloj de pulso a reparar, un trabajo por el que pagó y que incluía el cambio: la caja que estaba deteriorada. Sin embargo, Roberto le advirtió que también tenía la máquina defectuosa; luego de unos días, el disputado artículo se le paró. En vista de esta situación, ambos acordaron una nueva reparación por siete dólares.

Pero, por desdicha, la prenda fue robada del puesto del relojero y cuando Ediberto fue por ella se encuentra con la penosa sorpresa y, bueno, estallaron en medio de la gente.