Se trata de Gilberto Armando Torres Pinilla, de tez morena, que sólo era acompañado por su maletín azul con implementos de barbería.

Tirado en medio de un charco de sangre en la vía Transístmica, causó la sorpresa de los conductores y sus pasajeros, quienes esperaban que no fuese su familiar.

De pronto, una señora de mediana estatura y piel cobriza se bajó de un autobús, con el corazón en la mano y evidente tristeza en sus ojos, pensando que se trataba de su pariente, quien es trabajador de la construcción y que también porta un maletín igual al de Gilberto, hoy occiso.

Exclamó: "Gracias a Dios no es mi hermano", inmediatamente descartando la posibilidad de estar frente a su familiar, el alma le volvió al cuerpo y su rostro cambió.

Pero Gilberto escogió su camino, siendo el puente vehicular de la salida del Corredor Norte, el escenario para lanzarse al vacío.

A eso de las tres de la tarde, cuando imperaba un radiante sol, las autoridades policiales encontraron su inerte cuerpo en el pavimento y su maletín que estaba arriba en el puente vehicular.

Su pañuelo azul anudado a la cabeza y los artículos que portaba, evidenciaban su oficio: barbero.

La posición en que fue encontrado daba la sensación de que ni siquiera hizo un esfuerzo por amortiguar la inevitable caída.

Gilberto vestía pantalón jeans azul, una camiseta blanca con negra y zapatillas negras.

En Panamá, el suicidio ha aumentado un 285% en los últimos 17 años, lo triste es que todavía no hay un programa de prevención y estudios que investiguen las causas de este aumento.