La triste realidad
Tras este torneo, Villar buscará otro título en Costa Rica. (Foto: Gabriel Rodríguez / EPASA)

Gabriela Herrera | DIAaDIA

La final del Panamá Open Toledano dejó una sensación agridulce, más allá de la buena organización de la que gozó el torneo. Y es que la actuación de los panameños desveló muchas interrogantes por resolver, máxime porque la única victoria que se obtuvo fue entre tenistas locales.

A ninguna de las raquetas istmeñas le quedó el traje de héroe para salvar la patria. Alberto González, la mejor raqueta panameña, fue el único que logró victoria, pero fue a costa de su hermano Juan Miguel González. Después de ese resultado, cayó ante el eslovaco Matej Bocko.

El otro jugador panameño, Mario Cal, fue eliminado en primera ronda por el boliviano Mauricio Doria.

La final del Panamá Open, válido para el ranking de la ATP y con diez mil balboas en premio, fue entre los favoritos, o sea, no hubo sorpresa: el mexicano Miguel Gallardo Valles, número uno del certamen y el argentino Juan Pablo Villar, número tres.

Luego de dos sets, los máximos honores se los llevó el tenista argentino, por parciales de 6-2 y 6-2.

DE VUELTA

El bonaerense, de 25 años, reiteró que espera terminar el año entre los mejores 300 del mundo.

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