¿Ha renegado usted porque su hijo es muy inquieto? Tal vez su respuesta es afirmativa.
Sin embargo, encontramos a José Solís, un humilde trabajador de la comunidad de Santa Ana de Los Santos, que daría la vida porque su sobrina Yorgelis fuera una niña traviesa.
Cuenta José que su mayor preocupación son su hermana Eufemia y Yorgelis, ya que ambas padecen de retraso mental.
Yorgelis tiene diez años, ella es portadora de Retraso Psicomotor Severo; además, presenta microcefalia, hipotonía y convulsiones producto de error congénito del metabolismo.
Esta niña no camina, no habla y su única forma de alimentarse es tomando leche.
Jamás en su vida se le ha podido dar un vaso de helado con gelatina, mucho menos un plato de arroz con carne frita, debido a su enfermedad.
Eufemia María Solís es la madre de Yorgelis. Ella, por su parte, presenta un cuadro de retraso mental sin especificación, por lo cual se le ha referido a psicología para la aplicación de pruebas y así confirmar el diagnóstico clínico.
Como comprenderán, tanto la madre como la hija necesitan ayuda. El Grupo de la Divina Misericordia de la comunidad de Santa Ana, es fiel vigilante de esta situación, pero no puede cubrir todos los gastos.
A Yorgelis, por ejemplo, hay que ponerle pampers todos los días, porque su orina se impregna en la piel y esto le causa grandes infecciones.
José, por su parte, sólo gana dinero en tiempos de verano, ya que para esta época se produce sal y él trabaja en este oficio. Pero cuando llega el invierno la situación empeora, porque se acaba el dinero recolectado y, entonces, tiene que ver qué hace para llevar algún sustento a su casa.
Esta humilde familia necesita una mirada de aquellos que más tienen; por ello, se solicita a todo el que le sobre, un poquito de solidaridad con Yorgelis Solís.
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