Añejo como el vino y con el olfato intacto del cazador que exhibe como su más preciado trofeo una presa de mil goles, el brasileño Romário de Souza Farías celebra hoy sus 42 años con el inevitable acecho del fantasma del retiro y su eterno amor por las redes.
Romário espera este año colgar los botines en el Vasco de Gama, mismo equipo que lo lanzó al fútbol profesional en 1985 tras su brillante actuación con la selección juvenil brasileña campeona del Sudamericano Sub-20 y del Mundial de la Unión Soviética.