Luego de 11 meses de arduo trabajo, de horas de desvelo y estrés, se va de vacaciones. Mucho cuidado, que si no se organiza bien, puede ser fatal. Para eso, haga un presupuesto, a fin de que ese dinero le estire y le estire.

• Planifique sus vacaciones con antelación: Si se va de viaje, es probable que a última hora encuentre ofertas de vuelo, hoteles a precios bajos, pero confiar en esta posibilidad es arriesgado.

Lo mejor es planear con tiempo el destino, así como el medio de transporte, el tipo de alojamiento y las rutas o actividades que desee desarrollar en sus vacaciones.

• Compare precios: Es la regla de oro de la buena compra. Pida distintos presupuestos que le permitan elegir la mejor opción. Lo mejor es valorar varias posibilidades.

• Aproveche los descuentos: Infórmese de las ofertas y los precios reducidos que suelen brindar los hoteles y transportes: precios especiales para niños, descuentos de fin de semana, etc.
• Elabore un presupuesto: Es bueno tener una idea aproximada de lo que uno piensa gastar durante sus vacaciones, y ajustar ese plan al dinero disponible. Planifique las partidas de gastos previsibles (transporte, alojamiento, comida, actividades y ocio, compras, gastos de hostelería, bares, restaurantes, etc).
• No gaste por encima de sus posibilidades: Gastar sin pensar puede suponer un buen susto al regreso a la vida cotidiana.
• ontrole los gastos superfluos: En vacaciones, nos permitimos gastos que no solemos realizar en cualquier otro periodo del año. Se incrementan las comidas fuera de casa, las raciones y copas, las compras de ropa de temporada, recuerdos o artículos "veraniegos". Procure que estos gastos no sobrepasen sus previsiones.