Los familiares del adolescente acompañaron en todo momento a José Alvarado. (Foto: Agustín Herrera / EPASA)
Carolina Sánchez P.
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No pudo jugar. La familia Alvarado está consternada por la muerte de uno de sus parientes, un niño de 12 años de edad.
Lázaro Alvarado manifestó que su sobrino estaba jugando con una soga, de donde colgaba la hamaca, se resbaló y su cabeza quedó entre ella.
Los gritos de uno de los amiguitos alertaron a los demás familiares, puesto que estaba en la residencia de un vecino porque iba a jugar vídeos con otros niños.
El hecho ocurrió a las 1:30 p.m., de ayer e inmediatamente llamaron a la ambulancia y al patrulla que trasladó al chico hasta el centro de salud de Las Mañanitas, pero cuando llegaron ya estaba convulsionando y falleció.
Todo ese tiempo José Ángel Alvarado, padre del menor, estuvo en el centro de salud hasta que llegó el personal de la Fiscalía Auxiliar para autorizar el levantamiento del cadáver.
Luego, en silencio, tomó la camilla donde yacía su hijo y, junto con otra persona, lo introdujo en el carro fúnebre.
Los familiares contaron que el niño era deligente, pues si alguien tenía que ir a la tienda él se ofrecía y se ganaba los "cuaritas".
Lázaro contó que su sobrino iría para primer año en el IPT de San Miguelito y estaba contento porque sería en el turno de la mañana.
Él vivía en el sector de San Lorenzo, en Las Mañanitas, con su padre y su hermano mayor.
La última vez que vieron al niño fue cuando venía de donde su papá, que trabajaba en la misma calle donde ocurrió el accidente.
TRISTEZA
El niño de 12 años esperaba que su amiguito se bañara para jugar vídeos.