
Cuando se golpean ellos mismos tienen que pagar sus medicinas. Fotos: HERMES GONZÁLEZ
Cuando se golpean ellos mismos tienen que pagar sus medicinas. Fotos: HERMES GONZÁLEZ
Cuando se golpean ellos mismos tienen que pagar sus medicinas. Fotos: HERMES GONZÁLEZ
Muchas veces la cría de aves los ayuda a su alimentación.
El trabajo más difícil es el de cuidar las vacas.
Cuando se golpean ellos mismos tienen que pagar sus medicinas. Fotos: HERMES GONZÁLEZ
Muchas veces la cría de aves los ayuda a su alimentación.
El trabajo más difícil es el de cuidar las vacas.
Cuando se golpean ellos mismos tienen que pagar sus medicinas. Fotos: HERMES GONZÁLEZ
Muchas veces la cría de aves los ayuda a su alimentación.
El trabajo más difícil es el de cuidar las vacas.
Cuando se golpean ellos mismos tienen que pagar sus medicinas. Fotos: HERMES GONZÁLEZ
Muchas veces la cría de aves los ayuda a su alimentación.
El trabajo más difícil es el de cuidar las vacas.
Cuando se golpean ellos mismos tienen que pagar sus medicinas. Fotos: HERMES GONZÁLEZ
Muchas veces la cría de aves los ayuda a su alimentación.
El trabajo más difícil es el de cuidar las vacas.
En las Margaritas de Chepo existen fincas que son cuidadas por personas que muchas veces no saben ni leer ni escribir.
DIAaDIA hizo un recorrido en el área, donde se pudo conversar con personas dedicadas a este oficio, y aunque todas prefirieron omitir sus nombres, por miedo a que los boten de sus trabajos, sí coincidieron con que las condiciones laborales no son las mejores.
Diariamente, José Vásquez (nombre ficticio) se levanta a las 4:00 a.m. a ordeñar las vacas, luego se dedica a limpiar los chiqueros de los puercos, para cuando sale el sol, ocuparse de los cultivos de los que muchas veces comen, porque no les alcanza el dinero pagado por sus labores.
Esta situación le preocupa, porque el solo gana $40 por semana y en ocasiones los pagos se retrasan. Pero su caso se suma al de otros trabajadores quienes tienen hasta 15 años en este oficio sin devengar algún beneficio.
José quiere que sus tres hijos estudien, pero la situación económica está difícil, porque lo que cobra, ya no alcanza.
Pueden buscar ayuda
La directora general de Trabajo Ada Romero, recomendó que todo aquel trabajador que se sienta disconforme con sus salario y beneficios puede presentarse a las oficinas del Ministerio de Trabajo y poner su queja.
Para ella, el caso de los trabajadores de las fincas son clasificados como trabajadores domésticos, ya que también obtienen otros beneficios de los patronos como terreno para cultivar y vivienda, pero se les debe pagar Seguro Social y prestaciones.
Y si el trabajador no quiere que su nombre salga a la luz, en el ministerio se encargarán de cuidar su identidad.