La violencia es el discurso que utilizan quienes no tienen palabras para imponer sus ideas.
No hay mejores armas contra la violencia que la dignidad y la resistencia pacífica.
La sangre derramada no hace nada más que sembrar rencores y dolor que no termina. Los pueblos pacíficos han demostrado que crecen más rápido, y sin pérdidas valiosas.
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