Varias fueron las atenciones médicas que se dieron. (Foto: Josué Arosemena / EPASA)
Kathyria Caicedo
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¡Increíble! La celebración religiosa de San Juan Bosco fue multitudinaria, algo inimaginable.
Cada 31 de enero en Panamá se denomina como la fecha de Don Bosco, que logra aglutinar a miles de personas, pero como este año nada parecido a los anteriores. Una celebración inigualable fue la que se vivió, ayer.
Con los primeras rayos del sol, se iniciaron las misas en la Basílica Menor de Don Bosco, centro de toda la actividad. Eran las 6 de la mañana, cuando los feligreses recibieron la primera bendición. A cada hora, había una misa, por lo menos la de las 9 de la mañana fue celebrada por Monseñor José Dimas Cedeño.
Pero el momento cumbre llegó a las 12:30 del mediodía, cuando a los grupos juveniles les tocaría lucirse, ya que fueron ellos los protagonistas de la ceremonia, aunado a que el principal invitado, Pascual Chávez, Rector Mayor de la Congregación Salesiana y IX sucesor de Don Bosco, celebraría la eucaristía. Esta misa tenía otra preponderancia y es que sería transmitida vía satélite a Italia, donde ya estaban empezando la celebración de Don Bosco, pues es en la ciudad de Turín, está la sede de la congregación y donde aún permanece el cuerpo de San Juan Bosco. Fue por ello, que los muchachos se organizaron para saludar a cada uno de los cinco continentes del mundo.
Sin embargo, por cuestiones de la tecnología, la transmisión hacia Italia fue bastante corta, ya que la señal se cayó y no hubo manera de poderla recuperar.
SE ACERCABA LA HORA CERO
Luego de esta misa, comenzaron los últimos toques para la procesión y la misa de clausura, no sólo de la celebración de Don Bosco, sino también los 100 años de presencia Salesiana en Panamá.
El anda ya estaba afuera, adornado con crisantemos, eran tantos que a distancia se podía sentir su aroma.
Las cámaras ya estaban listas, pero inició la prueba de sonido, pues nada podía fallar, ya que sería el segundo intento para la transmisión vía satélite.
Acorde iban pasando las horas, los predios de la iglesia se iban llenando de gente, esperando que el reloj marcara las 4:00 p.m., hora prevista para que iniciará la procesión.
HECHO A ANDAR
El Rector Mayor, Pascual Chávez dio la bendición y con ella, empezó el andar de los cientos y cientos de feligreses que se habían dado cita para participar de esta procesión.
Eran las 4:36 de la tarde, cuando el primer grupo partió, detrás iba Don Bosco. Al pasar frente a la Basílica, los globos amarillos y blancos adornaron el cielo y los fuegos lo colorearan.
Pasaron más de 30 minutos, cuando al fin terminó de pasar el mar de gente, que abarca todo el ancho de la vía de Calidonia. Pero esa no fue cantidad suficiente, pues mientras avanzaba el recorrido más personas se iban sumando. Hacer un cálculo de la cantidad de personas es casi imposible, lo cierto es que mientras miles recorrían Calidonia, otras decenas esperaban en el Parque Porras y otro tanto dentro de la Iglesia, más las personas que venían llegando a esperar a que el Santo terminará el recorrido.
DURANTE EL RECORRIDO
Es lógico que donde hay multitudes siempre suele pasar algo, esta vez no fue la excepción, pero fueron casos menores como desmayos y niños perdidos.
Representantes de la Cruz Roja y SINAPROC explicaron que la mayoría de las atenciones que se dieron fueron desmayos y algunas descompensanciones por deshidratación, agotamiento por calor y demás. Tan sólo en la misa del medio día se atendieron alrededor de seis personas, pero el número aumentó, durante la procesión más al pasar la Plaza 5 de Mayo, cuando el cansancio comienza a hacerse sentir.
Otro detalle peculiar de la procesión, es que mientras miles elevaban sus plegarias al cielo, muchas chicas aprovechaban para tejerse el cabello y otras se pintaban las uñas, de seguro ese negocio saco más, que los otros.
UNA TRADICION
La procesión de Don Bosco es más que una manifestación pública de la fe y es que hay casos como el de la señora Olivia, quien explicó que es una tradición familiar caminar la procesión. Desde pequeña lo hacía y ahora lo hace acompañada de su hija de veinte años, que incluso la caminó, mientras estaba en el vientre.
AL LLEGAR
La imagen del santo, casi que no llegaba y es que era tal la cantidad de personas que no se movía del Hotel Roma, pero al final llegó.
Las banderas, los pañuelos blancos y la flama de las velas comenzaron a ondear, eran miles que la vista no daba para más. Y los "Viva Don Bosco", no se hicieron esperar.
Fue una celebración que muy pocos lograrán olvidar.
LAS ALABANZAS
"El pueblo de Panamá te clama, te canta, tu ayuda pidiendo está..." la tamborera de Gladys de la Lastra (q.e.p.d.), fue el himno durante toda la celebración.