Cuando en el futuro se busque en el libro sagrado de la pelota panameña todos los detalles del XXXIX Torneo Nacional de Béisbol Juvenil, de seguro que la participación del equipo de Bocas del Toro tendrá un destacado especial.

Y es que lo que hicieron los “tortugueros” este año en el certamen Juvenil es digno de admirar.

Si vamos al pasado, podemos encontrar que en las temporadas del 2006 y 2007 los bocatoreños fueron eliminados en la primera ronda. En el 2006, terminaron la etapa regular con marca de 5-5, mientras que el 2007 fueron últimos en la tabla de posiciones, con 0-10.

Todo fue diferente este año. Bocas del Toro clasificó a la segunda ronda con récord de 6-4, dejando en el camino a equipos de mucha tradición como Panamá Metro, Coclé y Herrera; para luego llegar a disputar contra Panamá Oeste la final de la Liga Nacional, que perdió en el quinto y decisivo partido.

Por esa razón, es que hoy, en este ambiente de alegría y celebración, quiero felicitar a cada uno de los peloteros que integraron el equipo de Bocas del Toro; al igual que a su director Julián Rivera, quien llegó a esta provincia con mucha humildad y con la fe en alto de que las cosas podrían cambiar.

Considero que Rivera debe ser designado el director del año.

Pero, al lado de Rivera, hubo otras personas que también entregaron alma y corazón por Bocas. Hablamos de los técnicos Francisco Gutiérrez, David Garay, Federico Daylie y Benigno Samudio.

Ahora sólo le queda a la Liga Provincial de Bocas y a su presidente Benicio Robinson seguir trabajando, principalmente en las categorías menores, para que esta no sea la última temporada de ensueño para los “tortugueros”.