Gratitud al Maestro, que alumbra nuestra vida y la llena de estrellas gratitud de la Patria que, en ella ve otro cielo, en palabras de luz. Este himno describe a los buenos maestros que sin lugar a dudas dejan huella en la vida de cada uno de sus estudiantes, pero un buen educador no se ve reflejado sólo por enseñar matemáticas o español. La labor va más allá y eso lo sabe muy bien Yolanda Quirós de Quintero, quien lleva más de dos décadas ejerciendo la profesión.

DE CANTO A CANTO

Convertirse en maestro (a) no es tarea fácil y menos cuando buscan la permanencia. En esa faena, Yolanda fue a dar hasta una comunidad en Darién, que para llegar debía atravesar el río Bayano por dos horas y media, luego ir a caballo durante 12 a 13 horas. En total, el viaje tardaba casi un día, por lo que Yolanda sólo regresaba a su casa dos veces al año.

A pesar de las dificultades, para esta maestra enseñar allá fue “divino”, pues no sólo aprendieron los niños, sino también los padres. Explica que los fines de semana les enseñaba a los papás, y de lunes a viernes a los pequeños. Y es que para poder que los menores salieran adelante, sus padres también debían saber.

LA TAREA CONTINUA

Durante los últimos años, a esta educadora se le puede hallar en la Escuela Valle de Urracá, donde no le ha bastado ser maestra a tiempo completo, sino que también apoya al programa de alfabetización del MIDES. Aquí hay que resaltar, que no es ella la afortunada de tener al grupo que le asignaron, sino sus alumnos. Entre ellos está Cirilo, un joven de 15 años que es sordo. Hace unas semanas, él no manejaba siquiera el lenguaje de señas, ahora la maestra Yolanda le ha enseñado.

No es una obligación que una docente conozca el lenguaje de señas; sin embargo, Yolanda lo sabe porque una de sus alumnas sufría de baja audición y para ayudarla tomó un curso, que a la larga ha sido muy beneficioso.

Así como ella, deben haber otros cientos de maestros que ven su labor más allá que una simple profesión y se desviven por sus estudiantes.

DOCENCIA

La educadora Yolanda Quirós lleva 21 años entregada a sus alumnos.