No tienen idea cuánto ansiaba mis vacaciones, finalmente llegaron, pero antes de ellas, justo hace una semana me llegó un dolor de muela.
Sí, al hilo me cae la frase "eres peor que un dolor de muela a medianoche", y es que, lastimosamente, estoy entendiendo a la perfección connotación que conlleva.
A buena hora me viene a "enjuiciar" esa muela, créanme que de verdad estoy pagando las verdes y las maduras por ella. Algunos de ustedes me entenderán a la perfección, pero otros dirán: "por Dios, tanto por una muela?". Sí, es que no es una muela cualquiera, es la última que le crece a uno, la muy bien llamada "muela del juicio". Jo! porque sí que duele! Y que a buena hora me viene a molestar.
Mi karma ya tiene una semana, pues desde la noche del miércoles cuando comenzó el dolor, no vivo en paz. Que si tengo que masticar del lado izquierdo, que si hace mucho frío se empeora el dolor, pero tampoco puedo aguantar mucho sol.
Debo admitir que me da pavor imaginarme el momento en que me tengan que hacer la cirugía de extracción, quiero que me la saquen rápido. Aunque eso represente que pasaré mis anhelados días de vacaciones sin salir de casa por su culpa, pero eso es mejor a pasar mi cumpleaños o hasta Carnavales así. ¡Eso sí que no!
Ahora todo depende del Seguro, que se apiaden de mí y me den la fecha para la cita lo antes posible, porque ya ando "dopada" de tantas pastillas que he tomado. Si no me da faracho del dolor, me dará de una sobredosis de tantos medicamentos que he tomado... Por ahí les cuento cómo me terminó de ir...