Con un nudo en la garganta, pero con la fe puesta en Dios para que su hijo se opere, encontró este medio a la señora Dixa Mireya Julio, residente en Bebedero de Tonosí.

Relata doña Dixa que, su hijo Jesús Antonio Ureña Julio, de nueve años de edad, es un excelente estudiante, pero por cosas del destino nació con meopatía muscular, es decir, falta de músculos.

En su embarazo, el médico le informó que su hijo estaba sentado y mirando hacia ella, por lo que se le realizó una cesárea de urgencia.

Al nacer el niño Jesús Antonio, tenía el pecho hundido, la cabecita aplastadita y los pies estaban virados.

Desde los veintitrés días de nacido hasta la fecha, con mucho esfuerzo, han asistido a la ciudad de Panamá para sus terapias.

En esta familia, el único ingreso económico es el del padre, y es por ello que solicitan que alguien les ayude con el problema de su hijo.

El niño Jesús necesita hacerse una biopsia muscular y, lastimosamente, ni en el Hospital del Niño ni en la Caja de Seguro Social se está practicando, sólo en clínicas privadas, y el año pasado tenía un costo de mil 500 balboas, dinero que no tiene esta humilde familia tonosieña.