
Rogelio muestra aquí algunos de los pescados que ofrece a sus clientes.
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Usted lo encuentra todos los días en su puesto de trabajo.
La mercancía está muy bien refrigerada.
Siempre vende todos sus pescados.
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Siempre vende todos sus pescados.
Recordó que empezó el negocio ofreciendo a las personas de la comunidad pescado en bandejas y se iba caminado por todos los recovecos de Río Abajo, Pueblo Nuevo, Paraíso y Veranillo.
Fue el señor José Inés Garibaldi (q.e.p.d.) quien lo introdujo en el negocio y le prestó $10.00 como capital semilla para que comenzara. “Con ese dinero compré 100 libras de pescado y solo me quedaron $4.00. Para ese tiempo la libra estaba de 4 centésimos a 10 centésimos”, aseguró el hombre.
Él se las ingeniaba para vender su mercancía, tanto así que hacía ofertas de cinco a tres libras por un dólar, y ahora el precio ha subido tanto que la libra está entre $1.50 a $2.25, expresó.
Rogelio fue el primer vendedor de pescado en llegar a Veranillo, en la entrada de Belisario Porras, y ya lleva 28 años de estar allí.
Pero este comerciante no solo ofrece pescado fresco, también vende huevos de gallina a módicos precios.
Con este trabajo, él ha llevado el sustento a su casa, donde mantiene a cuatro hijos y de estos, tres están graduados. “Mi hijo Víctor Del Cid es el más chico y estudia en un colegio privado”, dijo Rogelio.
En el puesto de venta de Rogelio, usted podrá encontrar desde pargo hasta atún.