Si la prueba sale negativa, el conductor continúa su destino. - Fotos: BRENDA DUCREUX
Al igual que el denominado “guarómetro”, el nuevo artefacto dará sus resultados por medio del aliento. Este tendrá una pequeña impresora que al instante imprimirá las pruebas. Uno de los recibos lo tendrá el conductor y el otro quedará guardado en los archivos de la oficinas del Tránsito para un mejor control.
Según Javier De León, encargado de la sección de Investigación del Tránsito de la PN, el alcosensor es más controlado, ya que tiene una memoria que facilitará al final del turno del uniformado hacer un registro de todas las pruebas hechas a los conductores. “No permitirá prestarse para malas interpretaciones”, aseveró.
El nuevo artefacto estará en los diferentes puntos de control de la PN. Este no tiene contacto bucal, pues la persona soplará desde una cierta distancia, pero de salir positiva se pasa a la siguiente prueba, en la que se colocará un carrizo en el alcosensor, la persona se lo introduce en la boca y sopla fuerte hasta que emita el sonido que ya tiene suficiente aire para decir el resultado; si marca un nivel de 5 hasta 24 microgramos por decilitro, está en un nivel de tolerancia y puede seguir conduciendo, pero si pasa de 25 a 40 microgramos, se le colocará una sanción de $150 y, si excede los 41 microgramos, se le retiene la licencia y se le remite a la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT). Si es la primera vez, será suspendido por tres meses.