Cuántas historias no conocemos de personas que hacen hasta lo imposible por tener dinero para disfrutar de los carnavales. Esta clase de especímenes hace lo inimaginable para que la plata de la parranda le sobre, es más, se inventa historias de extraterrestres para que le den permiso en el trabajo y casa para ir a gozar las fiestas del rey "Momo". Identifíquelos, ellos tienen un patrón de comportamiento:

• Vender, esa es la clave. Los parranderos son capaces de vender, perdón, donar sangre. Este es un dinerito extra  que no viene nada mal.
• Empeñar desde las prendas propias hasta las de los hijos, hermanos y más. Pero si pensaba que las prendas es lo único que empeñan los amantes de los carnavales, está equivocado, sus artefactos favoritos son el equipo de sonido, televisor, "refri", entre otras, de la mamá.
• Algo que delata a este espécimen son las rifas y tómbolas improvisadas, unos 15 días antes de los carnavales.
• No almuerzan, ni gastan de más en las fechas cercanas al jolgorio, hay que economizar para derrochar el dinero en guaro, guiales, VIP, transporte... en fin... todos los pormenores.
• Después del día de los enamorados y en fechas cercanas a los carnavales, está soltero. Inventa lo que sea para dejarse estratégicamente con su "pay" para esos días. Después, hace lo que sea para recuperarlo, hasta se arrastra como un perrito.
• El más vivo se equipa con lo indispensable desde ya: condones, guaro, amigos y más. 
• La deshidratación, muerte de un familiar y hasta diarreas se convierte en las excusas perfectas en el trabajo. Todo con tal de regresar lo más tarde y desbarata'o posible.