Los gallos de pelea se convierten en "gladiadores" en el mundial que esta semana se celebra en Filipinas, mientras dueños, espectadores y "kristos", encargados de los envites, apuestan millones de pesos. Ser campeón en Filipinas, equivale a serlo del mundo, subrayan los organizadores de estas peleas de gallos, no exentas de polémica.